Puedes leer novelas tranquilamente en silencio y, a menudo, no te sientes solo en absoluto: Están los personajes con los que tratas, y está el narrador que te acompaña. Uno se siente aún menos solo cuando este narrador recibe una voz "real" en una lectura.
En el café literario del año pasado con la novela "Ach, Virginia", el público ya pudo experimentar que Michael Kumpfmüller consigue de forma especial dar voz al narrador -en ambos sentidos-.
En la lectura de su actual novela "Mischa und der Meister" (Mischa y el maestro), el 3 de noviembre, el autor volvió a establecer relaciones de manera muy sensible: no sólo entre los personajes de la novela, sino también entre autor-texto-público - y el narrador, que a su vez resultó ser humorístico, provocando varias veces la sonrisa del público.
Pero, por si esto no fuera suficiente, rápidamente quedó claro para el público que al leer "Mischa y el maestro" también surge una red intertextual de relaciones: Hay claras referencias a los escritores rusos Bulgakov y Dostoyevski, nos vienen a la mente textos bíblicos, un caniche hace pensar en "Fausto", uno se siente recordado por "Berlín Alexanderplatz" de Döblin... Y entonces una novela que vive de la magia de la literatura rusa establece naturalmente una referencia especial en un "tiempo antirruso" actual e invita a un "diálogo de cultura".
Otra oportunidad de diálogo surgió el 4 de noviembre durante una lectura de Michael Kumpfmüller de su novela "Die Herrlichkeit des Lebens" (La gloria de la vida) para alumnos del 11º y 12º curso. El acto no sólo fue una oportunidad para relacionarse con la lengua, la literatura, la escritura y Kafka, sino también para intercambiar ideas sobre cómo encontrar la propia profesión y vocación. Que esta búsqueda nos une a todos en última instancia y que se domina mejor con coraje y confianza puede ser una vez más una ayuda para los alumnos para su posterior camino en la vida.
Agradecemos de todo corazón a Michael Kumpfmüller su visita y sus enriquecedores impulsos.